En general, existen dos tipos de modalidades de inversión:
Activa y pasiva.
Cuando compras acciones en la Bolsa de Valores estás haciendo una inversión activa.
Si compras el 10% o más de las acciones de una empresa, y además, realizas el trabajo de activismo para conseguir un asiento en la junta de directores, estás realizando una inversión activa.
Si adquieres participaciones en REIT, estás haciendo una inversión pasiva.
Si inviertes en la compra de bonos, estás realizando una inversión pasiva.

¿Quieres invertir en la Bolsa de EE.UU?
Suscríbete a nuestra lista y recibe GRATIS 3 capítulos del libro Invierta y Hágase Rico en la Bolsa.
Si compras solares, casas, edificios y locales comerciales, estás haciendo una inversión activa.
Cuando adquieres bonos de Hacienda o el Banco Central, estás haciendo una inversión pasiva.
Si prestas capital para el desarrollo de un negocio, estás haciendo una inversión pasiva.
Cuando participas como inversor ángel en Startup y te no haces más nada que mirar como trabajan los emprendedores, estás haciendo una inversión pasiva.
Si inviertes en una Startup, y a la vez, sirves de mentor/consultor o eres miembro del Board, estás haciendo una inversión activa.
No existe la inversión perfecta.
Ambos modelos funcionan dependiendo de tus actitudes y personalidad. Tu trabajo es descubrir cuándo te conviene escoger una o la otra.
Cuando la inversión es pasiva, lo mejor es invertir en mercado líquidos para que, en caso que las cosas no salgan como lo planeado, puedas salir rápidamente de tus inversiones.
Todo lo contrario ocurre con las inversiones activas.
Estas por lo regular tienen un nivel de liquidez muy bajo y requieren una inversión considerable de tu tiempo, energías e intelecto.
Las inversiones pasivas brindan un buen retorno, siempre y cuando, se tenga un horizonte de tiempo largo.
Ahora bien…
El mejor retorno se obtiene a través de la inversión activa.
Pero, como todo en la vida, requieren de una gran concentración de capital, tiempo y esfuerzo intelectual.
Deja un comentario